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CIRUGIA RETROGRADA INTRARENAL (RIRS o URETEROSCOPIA FLEXIBLE) CON LASER HOLMIUM

Es una cirugía mínimamente invasiva, en la que no se necesita ningún corte, la cual permite la pulverización y/o fragmentación de los cálculos ubicados dentro del riñón,  para su posterior extracción.  La  Cirugía Retrograda Intrarenal (RIRS), es el tratamiento de elección en el manejo de los cálculos de menos de 2cm localizados en el interior de las cavidades renales o en el uréter superior  y se realiza habitualmente con anestesia regional.

Mientras usted está anestesiado, el urólogo introduce por el meato uretral un instrumento denominado CISTOSCOPIO, el cual tiene una cámara  y permite visualizar  la parte interna de la vejiga y encontrar el orificio donde desemboca el uréter del lado donde se encuentra el cálculo.  Se procede a introducir un elemento denominado GUIA HIDROFILICA, que sirve como tutor para seguir el camino directo hacia el cálculo.  Luego se ingresa  sobre la guía una CAMISETA DE ACCESO URETERAL, con ayuda del ARCO EN C (rayos X),  por dentro de la cual se introduce  el URETEROSCOPIO FLEXIBLE.    Con el cual se visualiza la vía urinaria superior tanto uréter proximal como cavidades renales, hasta ubicar el cálculo y luego proceder a pulverizarlo o a  fragmentarlo con una FIBRA DE LASER HOLMIUM. pudiendo retirar algunos fragmentos con una CANASTILLA DE DORMIA.   Cuando el cálculo está localizado en el uréter se hace necesario colocar un catéter muy delgado denominado CATETER DOBLE JOTA, este elemento permite la cicatrización y desinflamación del uréter en la zona donde estaba localizado el cálculo.  Habitualmente no trae mayores molestas y es bien tolerado por los pacientes.   

El paciente estará hospitalizado durante solo 1 dia o incluso la cirugía puede ser ambulatoria (sin hospitalización).  En el caso que se hospitalice se coloca una sonda vesical solo para las primeras 24 horas y luego será retirada antes del alta.

Al ser un TRATAMIENTO QUIRURGICO MINIMAMENTE INVASIVO, el dolor durante el postoperatorio es mínimo, pero debe ser adecuadamente controlado, para que permita que tras la intervención, el paciente sea capaz de caminar y realizar sus actividades habituales por si mismo en el menor tiempo posible.  Sin embargo la recuperación total puede tomar de dos semanas  dependiendo de cada paciente; ya que el organismo necesita tiempo para disminuir el proceso inflamatorio de la cirugía y sanar. 

FACTORES QUE PODEMOS TENER EN CUENTA PARA ACELERAR LA RECUPERACIÓN:

Incluir gran cantidad de líquidos en la dieta

sobre todo agua, evitando el alcohol, bebidas con gas y el café.

Deben evitarse los esfuerzos físicos

y nunca excederse levantando objetos pesados (que superen los dos Kilos) y abstenerse de conducir durante un mínimo de cuatro semanas..

Es necesario suspender la actividad sexual

durante la recuperación, al menos durante cuatro semanas, pero este tiempo puede prolongarse, en función de cómo evolucione el paciente.

Como se puede deducir de las observaciones expuestas anteriormente, el proceso dura unas semanas tras el alta, en muy raras ocasiones se extiende más allá de los dos meses. La paciencia y constancia son la clave de la recuperación.

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